Stéphanie Mouton, socióloga, educadora, artivista y facilitadora en La Hoja Blanca
¿Cómo escribir hoy sobre experiencias artivistas presenciales y colectivas, iniciadas por el profesorado en sus centros educativos y abortadas por el Estado de Alarma que nos ha confinado y aislado en casa, desde el pasado 14 de marzo? Desde los estados anímicos, muy variopintos, que generan las circunstancias, me siento frente al ordenador sin poder evitar la ubicación de estas interrumpidas experiencias locales dentro de otra, mucho más amplia, global, que es la crisis del COVID-19: cinco letras y un número de los que no nos olvidaremos nunca. Hace algo más de dos semanas, mi planteamiento para la redacción de este segundo artículo era el de hablar de la necesidad de salir del marco establecido para transmitir mensajes de cambio, ser creativas en los contenidos y sobre todo en las formas de transmitirlos; no solo a la hora de crear acciones artivistas, sino también de impartir asignaturas regladas.
Venía a hacer un llamamiento a la creatividad como medio y como fin, para transformarnos y movilizar nuestro entorno. A relatar las dificultades observadas en los grupos para romper con las normas, el miedo a hacerlo mal, a equivocarse, a experimentar. A hablar de lo formateadas que estamos todas, asegurándonos cumplir con las normas del juego a rajatabla, sin cuestionarnos si responden o no al bien común, o cumpliendo con las expectativas de quien manda, decide el juego o imparte la formación. A compartir la importancia de poner el cuerpo y la acción en el centro de las prácticas educativas y de transformación, de generar cuerpo colectivo, encontrándonos en espacios vacíos donde vivir la metáfora de otras convivencias posibles, ofrecidas por el juego y la creación colectiva. A recordar lo fundamental que es partir de lo que atraviesa al grupo y a su entorno para crear una acción movilizadora. A reiterar la necesidad de vivir los aprendizajes para poder replicarlos, experimentar el ser artista y artivista, verse capaz de hacer uso del talento propio y colectivo, de crear un mensaje movilizador y de expresarlo de forma creativa. A reflexionar sobre la necesidad de procesos que generan cambios reales, lejos de la ejecución fast food de acciones rápidas (valga la redundancia), planeadas en los escasos tiempos que nos deja el sistema. A plantear que nos atrevamos a salir del marco para fomentar acciones que cuestionen profundamente las lógicas neoliberal, neocolonial y patriarcal en las que estamos sumergidas, adoptando una perspectiva largoplacista que prepare el terreno para un mañana más vivible, más sostenible.
Venía a todo ello cuando de repente surge una crisis sanitaria mundial que lo encierra todo –nunca mejor dicho–, ofreciendo un contexto micro y macro idóneo para ubicar las precedentes reflexiones. ¿Cómo hablar de artivismo y de cambio social en este momento crucial de crisis (en su primera acepción, que puede suponer tanto una amenaza como una oportunidad)? ¹ ¿Cómo hablar de movilización en este momento en el que estamos inmovilizadas en casa?
Durante estas últimas dos semanas, me vinieron en bucle las palabras de Oriana Eliçabe: «No hay ninguna fórmula, y no es ningún gran invento el arte político: haces lo que necesitas hacer y buscas la manera de hacerlo» ². En estos tiempos de confinamiento y coronavirus, gran parte de la población está haciendo lo que necesita hacer y buscando cómo hacerlo. Desde canciones que explican cómo lavarse las manos o estornudar en el codo, o que piden quedarnos en casa, hasta memes para reírnos, pasando por vídeos y consejos para cuidarnos, aplausos para agradecer y animarnos, mensajes en las ventanas, meditaciones y rituales para sobrevivir al encierro, youtubers que revindican material de protección y solicitan colaboración, grupos de apoyo para hacer compras y acompañar a personas que lo necesiten, pueblos enteros cosiendo máscaras o imprimiéndolas en 3D, etc. En época de crisis y de urgencia, la creatividad está a flor de piel y surgen nuevas formas de movilización y apoyo ciudadano, no hay duda.
Mientras tanto, y consciente más que nunca de la importancia de vivir el presente, no puedo evitar ampliar la mirada y pensar en el antes y el después de esta crisis global, principalmente en lo que respecta a la creación de acciones artivistas, a la movilización ciudadana y a la generación de procesos de transformación social, que es lo que nos concierne aquí. Sean cuales sean su origen y destino (no es ni el momento ni el lugar para entrar en la complejidad de estas cuestiones), la pandemia no deja de poner en evidencia, por un lado u otro, la insostenibilidad del sistema neoliberal, altamente independiente y poco solidario (según Edgar Morin ³), en el que vivimos. Hasta aquí, nada nuevo. Lo que sí es bastante nuevo para nuestra perspectiva occidental es que ahora la necesidad de salud global deja de ser un concepto lejano, para convertirse en una realidad concreta que afecta y atraviesa nuestras vidas.
Los porqués y paraqués del artivismo
Una de las mayores dificultades observadas a lo largo de la formación artivista y seguimiento del profesorado, en el ámbito del proyecto La salud está en tu mano, ha sido la de diagnosticar junto al alumnado intereses y necesidades de cambio para idear una acción artivista de movilización, basada en lo que preocupa y atraviesa al grupo. Ahora que es bastante obvio lo que nos atraviesa; ahora que estamos experimentando algo que, en cierta manera, es el pan de cada día para muchas poblaciones; ahora que la comunidad está movilizándose por la salud, haciendo uso de sus talentos en pro del bien común; ahora que estamos recuperando la creatividad, la solidaridad y la organización frente a la amenaza, el miedo y el confinamiento; ahora que estamos a la vez en plena urgencia y en pleno parón, no solo es el momento de aprovechar la oportunidad para establecer vínculos entre lo que acontece y muchas de las problemáticas tratadas en La salud está en tu mano, y de fortalecer hábitos emergentes de solidaridad y movilización, sino también es hora de ir reflexionando en profundidad sobre los porqués y los paraqués de la movilización ciudadana y del artivismo, tomándonos en serio la necesidad de cambio de paradigma tanto a nivel global como local, lo que acaba siendo lo mismo.
Otra dificultad observada en la creación de acciones artivistas, en general, y en el proyecto La salud está en tu mano, en particular, es definir una finalidad concreta y clara para la intervención: ¿Qué queremos? ¿Qué reivindicamos? ¿Hacia dónde caminamos? Está más claro que nunca, estamos frente a un problema sistémico que requiere soluciones sistémicas. Es necesario plantearse desde ya el para qué de nuestras movilizaciones de mañana, después de actuar frente a la urgencia en la que estamos, para ser capaces de transformar el sistema que la provocó, y que dio, da y dará lugar a muchas otras catástrofes aquí y allá.
Hay que ver en la pandemia una oportunidad para afianzar hábitos de empatía, desarrollar la reflexión crítica sobre la interdependencia entre lo local y lo global, salir de una perspectiva eurocentrista, reivindicar y movilizar no solo a consumidoras sino también a ciudadanas, haciendo presión sobre las decisiones políticas locales, estatales e internacionales. Es el momento de profundizar en los porqués y paraqués de nuestras acciones como artivistas, de aprender a anticiparnos, estudiando cómo concienciar y movilizar a nuestro entorno, cómo generar procesos de cambios profundos y cómo salir del marco –neoliberal y patriarcal– que lo encierra todo, nunca mejor dicho.
Por poner un ejemplo, es el momento de salir a aplaudir y reflexionar sobre lo que palmeamos, preguntándonos qué llevó al personal sanitario a convertirse en heroínas y héroes, muy a su pesar. El momento de generar movimiento y organizar nuestras reivindicaciones para exigir una salud pública y universal. De hacer vínculos entre la crisis que estamos viviendo y todas las que están por venir a causa del cambio climático y la destrucción de la biodiversidad. De poner límites a la supremacía de las multinacionales sobre los Estados. De plantearse en serio cómo salvar el mundo, no tal cual es, sino saliendo del marco, atreviéndonos a caminar y explorar otras posibilidades, saliendo de la explotación y cosificación de lo vivo, entre otras cosas. Es el momento de coger fuerzas para ir dibujando caminos creativos y no volver a la normalidad de antes, que era el problema. La pedagogía artivista en sí misma ofrece una serie de elementos clave para emprender este camino colectivamente, proponiendo salirnos del marco, elaborando juntas el sueño colectivo, el para qué de nuestras acciones, planteándolas con verdadero y profundo afán de cambio glocal.
Desde un cuerpo confinado pero tal vez más colectivo que nunca, siento que la urgencia está en parar para reflexionar (o reflexionar para parar) sobre el sistema que hemos creado y recreamos diariamente con nuestras prácticas y discursos. En el aislamiento y frente a la crisis que nos toca vivir, se multiplican las urgencias del ahora y del después (que ya es ahora): aplanar la curva, limitar las muertes, sobrevivir al encierro, reconstruir la salud económica, psíquica y física de gran parte de la población, pensar estrategias, acumular esperanza, fuerza, indignación y creatividad, entrenarnos y entrenar a nuestro alumnado para hacer frente y transformar lo que nos espera al salir a la calle. Al salir de las jaulas, habrá que salir del marco.
Nota 1:
“En el Teatro del Oprimido hablamos de crisis china. En diversas lenguas chinas, incluido el mandarín, lengua hegemónica, no existe un ideograma para representar la crisis, sino dos: uno significa el peligro y el otro, la oportunidad; son esos dos sentidos los que, conjugados, corresponden a la noción de crisis”, de Augusto Boal, El Arco Iris del Deseo. Del teatro experimental a la terapia (2002), Alba Editorial
Nota 2:
Extraído de la entrevista realizada a Oriana Eliçabe en el programa Metrópolis del 28 de febrero de 2010, Arte y Artivismo, en La 2 de TVE: http://www.rtve.es/television/20100219/arte-activismo/318935.shtml
Nota 3:
Ver la entrevista realizada a Edgar Morin en el programa Interdit d’interdire del 19 de marzo de 2020, en RT France: https://francais.rt.com/magazines/interdit-d-interdire/72825-edgar-morin-sur-les-souvenirs-viennent-a-ma-rencontre