El 12 de diciembre de 2012, las Naciones Unidas aprobaron una resolución dirigida a que todas las personas, en cualquier país del mundo, tuvieran acceso a unos servicios mínimos de salud de forma asequible. Es lo que se conoce como Cobertura Sanitaria Universal (CSU), un concepto muy relacionado con La Salud Está En Tu Mano y, en concreto, con la unidad temática sobre Derecho a la Salud. Cinco años después, otro 12 de diciembre, la ONU proclamaba esta fecha como el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, motivo por el que desde entonces se celebra en todo el planeta y se aprovecha para reivindicar que se pongan todos los medios para su consecución. Siendo un concepto reciente, sorprende que hoy día pueda considerarse tan prioritario. ¿Qué es exactamente la CSU y por qué nos debería importar?
En realidad, responde a una serie de cuestiones tan básicas como tener acceso a buenos profesionales sanitarios, a tratamientos seguros y efectivos, y a medicamentos esenciales, con financiación y políticas que garanticen estos servicios para toda la comunidad siempre que sea necesario (incluso en tiempos de crisis) y en un sistema de salud que permita la información, detección y rehabilitación. Parece fácil, pero no lo es: cerca de 100 millones de personas en todo el mundo viven en situación de pobreza extrema porque han de afrontar ellas mismas los gastos en salud.
Las promesas están para ser cumplidas
Ante esta situación, la propia ONU ha decidido afrontar la problemática y así, durante una reunión celebrada el pasado mes de septiembre, 106 líderes mundiales firmaron la declaración más ambiciosa sobre salud de la Historia, bajo el título que también se le ha dado a este Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal: “Keep the promise” (Cumple tu promesa). Un compromiso sin precedentes que refuerza el marcado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible a la luz de los datos que actualmente maneja la Organización Mundial de la Salud y que señalan la necesidad de aumentar al doble la CSU hasta 2030 para lograr que 5.000 millones de personas tengan acceso a la atención sanitaria que requieren. Pero, ¿tan malos son los indicadores a día de hoy?
Según el informe de seguimiento 2019 elaborado por la OMS, se observa avance en todas las regiones, incluidas las de ingresos bajos, pero en los países pobres el ritmo de las mejoras es demasiado lento y cada vez son más las personas con dificultades económicas para acceder a una sanidad básica. Cabe destacar que por vez primera desde que se publica este estudio, se aborda de forma directa la relación del género con el acceso a los servicios de salud. Pero si sobre un aspecto se hace hincapié este año es la trascendencia de que los países inviertan al menos un 1% más de su PIB en atención primaria, ya que está considerada la piedra angular para alcanzar la CSU: previene y no solo ofrece remedio (por lo que abarata costes), empodera a la comunidad y se vincula a factores fundamentales como la nutrición y el agua.
La CSU que nos toca más de cerca
Una vez más, parecería fácil que en un país desarrollado como España sí se implante la Cobertura Sanitaria Universal, pero a día de hoy aún estamos lejos de ese objetivo. De hecho, hace solo siete años que la aprobación de un Decreto-ley hizo que el acceso pasara a garantizarse solo a las personas que estuvieran afiliadas a la Seguridad Social. Desde varias entidades sociales se ha denunciado el aumento de la mortalidad entre inmigrantes con papeles (a razón de unos 70 al año) que aquella decisión política causó.
El pasado año, un nuevo Decreto-ley pretendía restituir la universalidad en el acceso a la salud, pero las organizaciones de migrantes reclaman que aún se siguen viviendo situaciones de exclusión, ya que no se ha revertido la tendencia a que las personas de rentas más bajas tengan mayores tasas de mortalidad y continúa sin garantizarse la atención en cualquier circunstancia a las personas en situación de mayor vulnerabilidad, como mujeres embarazadas, menores, personas víctimas de trata, refugiadas, etc. Ante estas realidades, ¿qué podemos hacer desde la ciudadanía para favorecer la implantación de la CSU?
En primer lugar, profundizar en esta problemática para después tratar de identificar problemas tangibles vinculados a ella en nuestro entorno cercano. A partir de ahí, se podría iniciar una campaña compartiendo esa historia en redes sociales y poniendo en marcha acciones como organizar una reunión en tu comunidad que incluya a profesionales de la sanidad, pacientes y familias, o bien un taller de redacción de cartas en tu centro educativo o de trabajo para dirigirlas a responsables de las instituciones. Otra opción es llevar tu causa a una iniciativa social ya existente o unirte a alguna de ellas: Yo Sí, Sanidad Universal, la Plataforma Somos Migrantes o las Mareas Blancas son solo algunas de ellas.
Y es que aún queda mucho por hacer para que a nadie se le niegue su Derecho a la Salud, quienquiera que sea y dondequiera que se encuentre.
* Más información y recursos para difundir y actuar:
https://www.who.int/universal-health-coverage/add-your-voice