El pasado jueves y ante su rápido avance más allá de las fronteras chinas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba el coronavirus como una emergencia global. En este contexto de alarma que está acaparando todos los focos de la actualidad internacional, surgen varios debates y reflexiones entre los diversos actores sociales implicados, lo que nos ha llevado a conectar esta situación con el juego de rol ¡Crisis de salud!, disponible para su descarga como parte de los materiales de La salud está en tu mano. Pero, antes de establecer ese vínculo, conozcamos cómo se ha llegado al grado de alerta actual ante este tema.
El 7 de enero, el Gobierno chino comunicó que había identificado un nuevo virus en una serie de brotes de neumonía originados en la ciudad de Wuhan a finales del año anterior. El coronavirus o 2019-nCoV, de la misma familia de los que causan el resfriado común y otras enfermedades respiratorias, puede provocar desde leves infecciones hasta neumonías de enorme gravedad. A día de hoy, se han producido más de 20.000 casos y 425 muertes en China, así como 181 casos en otros 23 países, incluido España. Esto último ha forzado a la OMS a declarar la emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y a compartir una serie de recomendaciones.
Como cualquier nuevo virus, supone una amenaza desde el momento en que no se sabe con seguridad cómo opera, por eso en primer lugar se ha de establecer un esfuerzo coordinado entre los países para investigar y cooperar, siguiendo el artículo 44 del Reglamento Sanitario Internacional. Para salvaguardar el derecho a la salud global debe primar, por tanto, el principio de solidaridad, apoyando a los países con menores ingresos para que puedan hacer frente a esta crisis y facilitando su acceso a medios diagnósticos, medicamentos antivíricos y posibles vacunas. Aunque hasta ahora no se ha dado con un tratamiento específico, las personas infectadas con el virus deben recibir la atención adecuada en cualquier Estado.
De hecho, la falta de certezas acerca del coronavirus está desencadenando entre la población mundial una ola de miedo y desinformación muy peligrosa, que incluso ha llevado a actitudes xenófobas hacia la población china, hasta el punto de requerir una campaña de respuesta bajo la consigna #NoSoyUnVirus. También la OMS se ha visto obligada a reaccionar ante lo que ha calificado de informademia, «una sobreabundancia de información, a veces precisa y a veces no, que hace difícil que la gente halle fuentes fiables y seguras cuando las necesitan», según la propia organización. En este sentido, las redes sociales y los medios de comunicación son transmisores velocísimos para este tipo de mensajes, pero también las noticias que nos llegan derivadas de decisiones gubernamentales: medidas como las de deportar a los extranjeros que contraigan el virus (en Rusia), no permitir la entrada a extranjeros que hayan estado en China (en Estados Unidos) o incluso la cuarentena masiva decretada en Wuhan, criticada desde algunos sectores por su desproporción.
Este será uno de los problemas a abordar por un equipo técnico multidisciplinar que investigará e informará sobre la situación y sus efectos a la comunidad internacional. Un Comité de Emergencias que se reunirá de forma periódica y que nos hace plantearnos cuestiones como estas: ¿Cómo se resuelve una crisis sanitaria? ¿Qué agentes intervienen? ¿Cómo alcanzar acuerdos en un contexto en el que existen intereses y presiones desde diversos frentes? Preguntas que también surgen entre los equipos participantes en el juego de rol ¡Crisis de salud!.
¡Crisis de salud!, el juego de rol
Como su título anuncia, este juego vivencial, que sugerimos como actividad para el aula en el marco de la unidad temática sobre Derecho a la Salud, plantea la gestión de un problema de salud pública por parte del alumnado, que precisamente interpretará el papel de un comité mundial de personas expertas (a la manera del que se ha establecido para el coronavirus). El objetivo esencial es conocer algunas de estas crisis y la importancia del acceso a medicamentos esenciales, así como los factores que influyen en el mismo. Una dinámica en la que se estimula la reflexión crítica, la imaginación, el diálogo y el trabajo en equipo, entre otros aspectos.
El juego se desarrolla a través de cuatro reuniones (que equivalen a cuatro meses, cada uno de los cuales representa un grado mayor de gravedad) en las que el comité ha de ir llegando a acuerdos para responder a la crisis de salud. Al final de aquellas, el equipo ha de presentar un comunicado de prensa para informar sobre la situación y el resultado de las negociaciones, una práctica que funcionará también como resumen de lo aprendido. ¡Crisis de salud! ofrece hasta tres opciones como situaciones iniciales, basadas en otros tantos temas reales: el VIH en la República Democrática del Congo, el chagas en Perú y la leishmaniasis visceral en India. Enfermedades todas ellas que han sido conscientemente olvidadas o para las que no se fabrican medicamentos porque se considera poco rentable.
En este momento solo cabe esperar que el coronavirus no se convierta en una de ellas y que se pongan los medios posibles para atajarlo en todo el mundo. Que la desigualdad entre países en relación con el derecho a la salud no acabe convirtiéndolo en un nuevo caso para este juego de rol.