El 5 de julio de 2019 hizo su presentación en sociedad la Alianza Malagueña por la Emergencia Climática y Ecológica, que integraba a otros colectivos como Fridays for Future Málaga, Extinction Rebellion Málaga y la Red Málaga por el Clima, con la declaración del estado de emergencia climática en la ciudad como prioridad. Hablamos con Marcos Marchionno, portavoz de este movimiento que tan bien entronca con una de las líneas temáticas de La salud está en tu mano y con su espíritu de activismo glocal.
Pregunta: ¿cuál es el objetivo esencial de esta Alianza y qué puede lograr que no estén haciendo ya otras entidades, ONG o colectivos medioambientales?
Marcos Marchionno: La formación de la Alianza tiene un claro propósito político, que no partidista. Nos declaramos totalmente apartidistas, porque creemos que la lucha climática va mas allá de los colores o siglas de los partidos. De los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nos centramos en el número 17: «Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible». Es fundamental crear alianzas inclusivas construidas sobre una visión compartida que coloque a la gente en el centro, y son necesarias a nivel global, regional, nacional y local. Desde el inicio hemos buscado el apoyo y la unión de todo tipo de organizaciones. No somos un grupo ecologista, dentro de la Alianza hay asociaciones vecinales y socioculturales, fundaciones, sindicatos… Aparte de la ciudadanía a título individual. Todas son bienvenidas.
P: Vuestra primera demanda se centraba en declarar el estado de emergencia climática en Málaga, que se aprobó en noviembre. ¿Qué supone esta cuestión para la ciudad?
MM: Este primer paso supone reconocer que estamos en una emergencia producto del cambio climático global. Con esta declaración el Ayuntamiento se compromete a seguir realizando campañas informativas que expliquen a la población la realidad y las consecuencias de la emergencia climática, así como de las acciones individuales; promover la participación ciudadana a través de foros, asambleas, mesas redondas y paneles de personas expertas; elaborar un Plan de Emergencia Climática, que incluya el consumo de energías renovables en edificios municipales, reduzca un 10% anual el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero hasta alcanzar el balance cero en 2030; incluir cláusulas medioambientales en los pliegos de licitación de servicios públicos y alimentos ecológicos en los actos y eventos que organiza… Esto son algunos puntos que el gobierno municipal se compromete a realizar, pero ahí tiene que estar la Alianza y toda la ciudadanía para exigir su cumplimiento y ampliar las medidas, que nos parecen insuficientes ante la extrema gravedad de la situación.
No somos un grupo ecologista; dentro de la Alianza hay asociaciones vecinales y socioculturales, fundaciones, sindicatos, ciudadanía… Todas son bienvenidas.
P: En ese sentido, ¿qué papel puede jugar la ciudadanía en la lucha contra la crisis climática?
MM: En este tipo de lucha se suele decir «piensa global, actúa local«, y es adonde llegamos como movimiento. Si en cada ciudad, cada pueblo, la gente se une y sale a la calle, presiona y exige medidas, logrará que cada ayuntamiento tome nota de las necesidades y demandas, ya sean de mitigación o de adaptación, al menos como primer paso. Está comprobado a lo largo de la Historia que si se moviliza el 3,5% de la población se consiguen logros importantes, por lo que es fundamental el papel de la ciudadanía.
En las últimas encuestas sobre cambio climático es España, se señala que el 94% cree que el cambio climático es real, el 60% cree que es muy urgente que se tomen medidas y el 79% dice que la causa principal de la emergencia climática es la acción del ser humano. Después de la farsa de la COP25 de Madrid, de los incendios en Siberia, Alaska, el Amazonas y Australia, después de las DANAS en el levante español, las olas de ocho metros en el Mediterráneo, el granizo y las inundaciones de Málaga… La gente ya está al tanto de lo que es y qué ocasiona el cambio climático; ahora toca que sepamos cómo actuar.
P: En base al informe que presentasteis el pasado mes de septiembre, ¿cuáles pensáis que son los principales efectos sobre la salud que está generando esta crisis en Málaga?
MM: Es muy difícil hablar de unos puntos concretos, ya que todo está conectado y todo afecta directa o indirectamente, pero la crisis climática afectará a la población, y en especial a la más vulnerable, ante situaciones de estrés térmico, como la exposición a partículas contaminantes. Su efecto sobre el agua es otro punto crucial: tanto las sequías como como el desbordamiento de cauces debido a precipitaciones torrenciales serán agravantes de la cantidad y calidad, y si no se garantiza suficiente agua de calidad afectará tanto a la salud como a la producción de alimentos en la zona. En ese escenario, se resentirán las zonas verdes de la ciudad, descendiendo su nivel por debajo de lo recomendado, a lo que se sumará un aumento de temperatura que repercutirá de forma más directa sobre la población de barrios con menor poder económico.
Estas son solo unas muestras de cómo afecta hoy y afectará mañana la emergencia climática. Si a ello le sumamos problemas globales, como la subida del nivel del mar o el desplazamiento de enfermedades tropicales como el dengue y la fiebre amarilla, concluimos que la lucha es ardua y en todos los frentes.
P: Para el informe habéis contado con las aportaciones de personas expertas e investigadoras académicas. ¿Qué papel tenéis reservado a la comunidad educativa en la labor y los objetivos de la Alianza?
MM: En efecto, estamos en contacto y en colaboración continua con representantes de la Universidad de Málaga (UMA) de distintos ámbitos como Arquitectura, Biología, Botánica, Matemáticas, Ecología, Física, Microbiología, Historia, etc. Un total de 40 docentes y responsables de cátedra apoyaron y firmaron la valoración científica de la idoneidad e implicaciones de la Declaración de Emergencia Climática en el Municipio de Málaga, por lo que su aportación resulta fundamental para la consecución de los objetivos. Por otro lado, tenemos un grupo de trabajo específico dedicado a Educación, que se encarga de los contactos y acercamientos con distintos ámbitos educacionales, las charlas en asociaciones vecinales, las actividades lúdicas de sensibilización en escuelas, etc.
P: ¿Cómo fue la experiencia de la primera convocatoria de la Mesa por la Emergencia Climática de Málaga? ¿Hay ya prevista una segunda?
MM: La primera convocatoria supuso la presentación de la Mesa, para la que contamos con ponentes de renombre como Pedro Marín, director del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU); Jesús Bellido, investigador del Aula del Mar, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Universidad de Málaga (UMA), entre otras; así como Teresa Franquesa e Irma Ventayol, que nos contaron la experiencia de la Mesa por el Clima de Barcelona. Además, estuvieron presentes varios agentes claves, con representación de la Diputación de Málaga, Ayuntamiento de Málaga, UMA, fábrica de cemento de La Araña, FACUA, Asociación de Polígonos y Parques Industriales y Comerciales de Málaga y Provincia, etc. Estamos trabajando para la segunda convocatoria en el mes de marzo y definiendo sus objetivos.