Uno de los retos que nos planteamos en el programa La Salud está en tu mano es el de no tratar las problemáticas incluidas en el programa de forma aislada, sino conectando las unidades temáticas entre sí, de forma que las entendamos mejor a partir de esa interrelación. Al mismo tiempo, la metodología propuesta busca en todo momento vincular las experiencias e iniciativas locales con los temas globales, para que seamos conscientes de cómo podemos incidir en ellos desde nuestro entorno próximo (actuando de forma glocal).
Con motivo de la celebración del 25-N, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, queremos destacar el papel de las llamadas defensoras de la tierra y la violencia a la que se ven expuestas, uniendo lucha por el clima y por la equidad de género. Especialmente en Latinoamérica, en las últimas décadas las mujeres están teniendo un rol muy destacado al frente de los movimientos sociales, y de forma particular en aquellos que están ligados a la defensa de los territorios y los derechos humanos de las personas más vulnerables en ese entorno: otras mujeres, población rural, indígenas, etc.
Su liderazgo en la resistencia a la privatización de los bienes naturales en muchos de estos países les ha valido la hostilidad y la persecución por parte de gobiernos, ejércitos, multinacionales y quienes ostentan el poder político y económico en cada territorio. El género, como determinante social, hace que estas mujeres sufran todo tipo de violencias machistas: desde la agresión física a la verbal, pasando por la humillación, el acoso, la violación e incluso el asesinato. Uno de los casos que más trascendieron en todo el mundo fue el de Berta Cáceres, activista hondureña que defendió a los pueblos indígenas de su país contra la construcción de megaproyectos en sus tierras, hasta que fue asesinada el 3 de marzo de 2016.
En días como hoy es importante recordarla, como también a muchas otras defensoras de la tierra que han sido víctimas de estos ataques y lo siguen siendo hoy día. Mujeres como la chilena Macarena Valdés, que encabezó la lucha contra la instalación de una central hidroeléctrica en el río Tranguil; la brasileña Dilma Ferreira Silva, coordinadora durante muchos años del Movimiento de Afectados por Represas en el Amazonas; la guatemalteca Paulina Cruz Ruiz, representante del pueblo maya achí asesinada de forma reciente por su oposición a proyectos mineros que amenazaban sus territorios; la colombiana Emilsen Manyoma, defensora de los derechos humanos, la vida y la tierra en el Valle del Cauca; y muchas otras que hoy continúan su legado, como Patricia Gualinga Montalvo (Ecuador), Kenia Gutiérrez (Nicaragua), Sandra Yanira Guerrero (El Salvador), Nora Arango (México)…
Organizaciones como Global Witness o Front Line Defenders emiten informes anuales sobre este tipo de violencia de género ambiental, casos que parecen muy específicos pero que arrojan datos escandalosos: solo en Latinoamérica, más de 80 personas fueron asesinadas el pasado año por defender su territorio y nuestro medioambiente, en el marco de las disputas por la propiedad, el control y la explotación de la tierra. En días como este es importante conocer a estas mujeres silenciadas y sus causas, así como reivindicarlas para que sus voces permanezcan y se las proteja frente a la impunidad de tantos crímenes de los que son víctimas. El 25-N puede ser un buen día para conectar su lucha con la nuestra, una lucha por la salud del planeta y de todas las mujeres.
* Más información:
https://www.frontlinedefenders.org/es
https://www.globalwitness.org/en/es
* Campaña ONU 25-N: