Diario

La salud está en tu mano… desinfectada

José Antonio Alfaro Gómez, docente de Formación Profesional de la familia de Intervención Sociocomunitaria, en el IES Severo Ochoa de Granada


Formar parte de este proyecto supuso para nosotras, en las circunstancias en las que nos encontrábamos (inicio del curso de la primera promoción de técnicas en Integración Social que saldría de nuestro instituto), un miedo añadido al conjunto de dificultades que asumíamos a principios de curso. Con un departamento más grande, falta de recursos y espacios físicos, necesidades de prospección empresarial… Salir de lo convencional nos planteaba un reto mayor que finalmente decidimos asumir, sobre todo porque entendíamos que el proyecto nos permitía darle al ciclo el color que buscábamos.

¡Fue un acierto! A través de este proyecto, Farmamundi nos posibilita cruzar de salud los derechos humanos, el medioambiente, la diversidad, la ciudadanía, los ODS y a nosotras mismas. Iluminar nuestras aulas con la deslumbrante luz de neón del confort y los privilegios de este, nuestro mundo occidental, supone un baño de realidad necesario para entender la salud más allá del ámbito sanitario. Aún más, nos posibilita sensibilizarnos sobre la ceguera que a menudo nos impide entender los apagones que sufren otros, que además, no necesariamente viven más allá de nuestras fronteras. Tan sencillo como que la vulnerabilidad es tan humana y universal como la salud y la enfermedad, conceptos que dependen de la combinación dinámica de nuestros cuerpos, mentes e interacciones y situaciones sociales, tal y como la OMS indica desde hace 50 años.

Este proyecto no solo ofrece contenidos, también metodología que invita a levantarnos de las sillas y alejarnos de las pizarras al son de la frescura y la creatividad. Con Víctor, Stéphanie y Pablo debatimos, jugamos y artisteamos, salimos de nuestros círculos de confort para proporcionarnos un saludable respiro más allá de nuestras disciplinas y currículos. Compartimos con otras profesionales experiencias e inquietudes y ese enfoque integral de la salud tan necesario para entender lo precioso de los cuidados a la dependencia, lo importante de la educación desde los cero años, lo humano de la integración social, el carácter rotundamente transversal del género o lo fundamental que es el ocio y la cultura para el ser humano, tan inteligente como tozudo, tan solidario como cruel.

Quién nos iba a decir que, a la vuelta de la esquina, el destino nos aguardaba pacientemente con un aviso a navegantes en forma de pandemia: cuidado, mundo occidental, nos dice el COVID-19, la vulnerabilidad no es exclusiva de la alteridad, de no ampliar el enfoque de salud, de no globalizarlo como hemos hecho con la economía, de no entender que la salud además de ser un concepto integral, también es un constructo, y que como tal ha de trabajarse en la educación desde los cero años; el círculo de vulnerabilidad crecerá en diámetro y, sin darnos cuenta, un día nos veremos en el mismo lado en que hoy se encuentran otras personas.

¡Gracias, os adelantasteis al acontecer histórico! Nos acercasteis un poco más a la realidad poniendo el dedo en una de las llagas de este cambio que necesitamos en educación, una educación que adolece de proyectos como el vuestro capaces de hacernos sentir solidarias, respetuosas, protagonistas y unidas. Humanas en lo personal y en lo profesional, partes de un todo conectado a nuestro alumnado a través de una idea que nos hace ciudadanas responsables y a la que nos debemos, la de que la salud está en nuestra mano, aunque eso sí, ahora y hasta nuevo aviso, desinfectada.